El Coqueluche es una infección respiratoria altamente trasmisible, también conocida como tos convulsiva o tos ferina. Se produce por una bacteria llamada Bordetella pertussis y evoluciona con brotes cada 3 a 5 años.
Esta es una enfermedad bastante antigua, sin embargo, ha experimentado un resurgimiento en los últimos años.
Causas y factores de riesgo
La causa de esto no se conoce claramente, pero se cree que podría estar explicado por el mayor acceso a técnicas diagnósticas, disminución de la inmunidad y las coberturas de la vacunación postpandemia.
Además, el aumento global de viajes a diferentes continentes en la última década o mutaciones que ha tenido la bacteria en algunos países, haciéndola resistente a algunos antibióticos.
¿A quiénes afecta la Coqueluche?
Tradicionalmente la Coqueluche o Tos Ferina ha sido una enfermedad asociada a los niños menores de 2 años, pero en los últimos 10 años la enfermedad ha tenido un aumento sostenido en todo el mundo extendiéndose a niños mayores y adultos, que son los responsables del contagio a los lactantes.
No hay que olvidar que el Coqueluche es una enfermedad que puede tener una mortalidad de hasta 1-2% en menores de 2 meses.
Síntomas más comunes
La fiebre puede ser baja o inexistente en los periodos iniciales donde además puede haber mucosidad nasal, lo que la hace difícil de distinguir de un virus respiratorio común. A este síntoma se agrega Tos de tipo paroxística, repetida (accesos de 5-10 veces), violenta y durante períodos prolongados, con un sonido agudo tipo silbido o estridor o “gallito” al inhalar al final del ataque de tos.
En ocasiones esta tos se asocia a Nauseas o Vómitos. En los menores de seis meses la enfermedad puede tener mayor gravedad asociándose a Cianosis (coloración azulada de labios, piel y mucosas), bradicardia (baja frecuencia cardíaca), Convulsiones, Apneas o incluso Paro Cardiorrespiratorio.
La duración total de la enfermedad puede llegar hasta tres meses, por esto antiguamente se le llamaba la “tos de los 100 días”.
¿Cómo se diagnostica?
Los exámenes de sangre como el Hemograma pueden tener alguna utilidad si se encuentran leucocitos o linfocitos aumentados, sin embargo, no es un hallazgo frecuente de encontrar. La Radiografía de Tórax es utilidad en los lactantes por encontrarse frecuencia alteraciones como Neumonía, pero puede estar normal como ocurre habitualmente en niños mayores o adolescentes y no descarta la enfermedad.
El examen de elección para confirmar la enfermedad es la Reacción de Polimerasa en Cadena (PCR) en muestras nasofaríngeas que detecta los ácidos nucleicos de la bacteria en las secreciones.
¿En qué pacientes la Coqueluche puede ser grave?
Existes algunas condiciones en que el Coqueluche puede evolucionar con mucha gravedad, teniendo los pacientes riesgo de mortalidad. Los casos de alto riesgo de Coqueluche grave en niños incluyen:
- Lactantes de tres meses o menos
- Pacientes no vacunados o con vacunación incompleta (< 4 dosis)
- Recién nacidos prematuros o de bajo peso al nacer o aquellos con una puntuación de Apgar baja al nacer (< 8 puntos)
- Presencia de enfermedades subyacentes como la cardiopatía congénita grave
- Glóbulos blancos y/o linfocitos altos
- Apnea o Cianosis tras el inicio de los síntomas
- Neumonía concomitante
Opciones de tratamiento de la Coqueluche
Los pacientes deben estar aislados para evitar la propagación de la enfermedad. El aislamiento se debe mantener hasta cuando paciente ha completado un ciclo de antibióticos durante al menos 5 días y ha tenido una mejoría notable de sus síntomas.
Se debe mantener una hidratación adecuada y la alimentación podría ser fraccionada para evitar los episodios de atoro con la tos. Si el paciente tiene dificultad respiratoria o necesita oxígeno debe ser hospitalizado. El tratamiento antimicrobiano con antibióticos llamados macrólidos (ejemplo: azitromicina) y generalmente tiene una muy buena respuesta.
¿Se deben tratar los contactos de Coqueluche en forma preventiva?
Se recomienda tratar en forma preventiva durante los períodos de brote de Coqueluche si no se puede evitar el contacto estrecho con los casos confirmados de Coqueluche cuando están en el período de contagio, es decir cuando estos tienen menos de 21 días de síntomas.
En los siguientes grupos es donde se ha recomendado que el tratamiento preventivo podría evitar contagios:
- Lactantes de 3 meses o menos
- Niños que asisten a guarderías y que no han recibido cuatro dosis de la vacuna
- Miembros de hogares, guarderías o profesionales de la salud responsables del cuidado de bebés menores de 3 meses
¿Se puede prevenir la Coqueluche?
El distanciamiento social, el lavado de manos y el uso de mascarillas, puede minimizar el contagio con pacientes con que padecen Coqueluche. Ni la infección natural ni la vacunación infantil puede proteger en forma permanente, lo que explica porque la enfermedad también la pueden presentar los niños con esquema de vacunación completo o que han tenido previamente la enfermedad.
La vacunación en la embarazada en el último trimestre de gestación es una estrategia preventiva eficaz para prevenir los casos graves en los lactantes menores de 2 meses, además permite que la madre trasfiera anticuerpos a su bebe, las que evitarán hospitalizaciones por Coqueluche durante los primeros 6 meses de vida, período en que estarán recibiendo las primeras dosis de su esquema vacunación contra la enfermedad. Se recomienda vacunar en cada embarazo, dado que la inmunidad se pierde con los años.
Por último, también se recomienda vacunar a cuidadores, hermanos mayores de 12 años, padres, u otros familiares sin antecedentes de vacunación reciente, que mantengan contacto permanente con un recién nacido o lactante en sus primeros meses de vida. Esta vacunación se recomienda al menos dos semanas antes del nacimiento para evitar contagiarlo y se denomina estrategia “capullo”.