Es un trastorno complejo que se caracteriza principalmente por una inestabilidad emocional intensa, relaciones interpersonales caóticas, una autoimagen distorsionada y una impulsividad marcada.
¿Qué es el Trastorno Límite de la Personalidad?
El Trastorno Límite de la Personalidad, como se relaciona justamente con la personalidad, es la manera de ser que tiene la persona a lo largo del tiempo. En general, se caracteriza por un patrón de rasgos desadaptativos en que se producen dificultades en distintas áreas, fundamentalmente en la relación de las personas consigo mismas y con los demás, así como en la regulación de las emociones. Esto, en general, se traduce en inestabilidad emocional e impulsividad.
¿Qué son las características principales de este trastorno?
Las características principales del Trastorno Límite de la Personalidad se enfocan principalmente en este malestar subjetivo de las personas, y que es una constante a lo largo del tiempo. Si bien puede tener periodos en que esté más sintomática la persona, lo habitual es que haya un malestar que uno puede pesquisar a lo largo de años.
Generalmente, aparece en la adultez temprana o en la adolescencia, en que las personas sufren de un sentimiento de vacío, mucha tendencia a la angustia, síntomas depresivos, e inestabilidad emocional. Además de eso, ocurren habitualmente problemas en el manejo de la conducta y de los impulsos, llevando muchas veces a conductas autodestructivas o de riesgo, incluso llegando, por ejemplo, a generar conductas que atenten sobre la integridad de las personas.
También podemos identificar que tienden a haber dificultades a nivel del aspecto relacional, es decir, de la interacción con otras personas. Uno puede ver muchas veces que hay relaciones interpersonales muy intensas, tortuosas, que tienden al caos, o que las personas tiendan a presentar una dualidad entre la idealización y devaluación de los demás, entre muchos otros síntomas que podemos pesquisar.
Tiende a haber algunas dificultades en la relación con uno mismo, lo que podríamos relacionar con estas dificultades en la identidad o en la integración de la identidad, o de los aspectos contradictorios de uno mismo.
¿Qué criterios diagnósticos se utilizan para identificar el Trastorno Límite de la Personalidad?
Los criterios diagnósticos que habitualmente se usan para este diagnóstico, y para la mayoría de los diagnósticos de salud mental, se basan en el manual estadístico de diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría, el DSM-5. Si bien existen otros criterios diagnósticos, es lo más universal.
Fundamentalmente, lo que vamos a buscar cuando se tenga este diagnóstico es que hay una cronicidad, cierto, o que se mantiene a lo largo del tiempo en distintos ámbitos.Existen algunas herramientas más específicas para precisar el diagnóstico, pero en general uno se basa más o menos en los criterios que presenta el DSM-5.
¿Qué opciones de tratamiento existen actualmente para el Trastorno Límite de la Personalidad?
Respecto a los tratamientos, lo más importante de destacar es que requiere un abordaje especializado y multidisciplinario. Lo habitual es que las personas no obtengan una estabilización sintomática inmediata con algún fármaco o con alguna terapia por sí misma, sino que habitualmente requieren un abordaje, como decíamos, multidisciplinario, tanto para el diagnóstico como también para su tratamiento.
Existen algunas terapias que tienen mayor evidencia. Aquí lo más conocido es la Terapia Dialéctica Conductual (DBT, por sus siglas en inglés). También existe evidencia de que la Terapia Cognitivo-Conductual tiene un rol demostrado. Además, hay otras terapias como, por ejemplo, la Terapia Basada en la Mentalización, que busca justamente trabajar en estos elementos disfuncionales que hemos visto.
¿Cómo se puede aumentar la sensibilización y el entendimiento público sobre el Trastorno Límite de la Personalidad?
Es lo más importante, tanto para este diagnóstico como para la salud mental en general, es hablar de ella. Los espacios de conversación, de psicoeducación, de familiarizar a los pacientes, pero también a las familias, a las comunidades, a los trabajos, comunidades escolares, en fin, que conozcan que existe esta condición de salud, tienden a desmitificar y, ojalá, también poder desestigmatizar este y otros diagnósticos para poder trabajar de una manera lo más abierta y cooperativa posible.