Hipertensión, una epidemia silenciosa: riesgos, síntomas y las mejores formas de prevenirla

Hipertensión, una epidemia silenciosa: riesgos, síntomas y las mejores formas de prevenirla

Editado por: Luis Ángel Cortina Sánchez el 10/02/2025

La Hipertensión Arterial, conocida como el "asesino silencioso", afecta a millones de personas en todo el mundo y es una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares.


En Chile, esta afección representa un desafío importante para la salud pública debido a su alta prevalencia y las graves complicaciones asociadas, afectando a más de 1,280 millones de personas en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).


¿Qué es la Hipertensión Arterial?

La Hipertensión Arterial se define como la presión elevada de la sangre contra las paredes de las arterias. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una presión arterial normal debe ser inferior a 120/80 mmHg, mientras que valores iguales o superiores a 140/90 mmHg se consideran Hipertensión.


Esta condición, generalmente asintomática, puede causar daño progresivo a órganos como el corazón, los riñones, el cerebro y los ojos, aumentando el riesgo de eventos graves como infartos de miocardio, Accidentes Cerebrovasculares (ACV), Insuficiencia Renal y otras complicaciones graves que afectan la calidad de vida y aumentan el riesgo de muerte prematura.


Prevalencia de la Hipertensión en Chile

De acuerdo con datos recientes del Ministerio de Salud (MINSAL) y la Encuesta Nacional de Salud, cerca del 27% de los adultos chilenos padece Hipertensión. Sin embargo, un porcentaje significativo desconoce su condición, lo que subraya la importancia de realizar chequeos regulares.


La prevalencia aumenta con la edad, afectando a más del 60% de los adultos mayores de 65 años. Además, factores como el Sobrepeso, la Obesidad, el Sedentarismo, la alimentación rica en sodio y el consumo excesivo de alcohol contribuyen al desarrollo de esta enfermedad.


Factores de riesgo asociados a la Hipertensión

Algunos de los principales factores de riesgo de esta enfermedad silenciosa incluyen:


Alimentación desequilibrada

El consumo excesivo de sodio es uno de los principales desencadenantes de la hipertensión. En Chile, la ingesta promedio de sal supera los 9 gramos diarios, casi el doble de los 5 gramos recomendados por la OMS. Esto se debe, en gran medida, a la popularidad de los alimentos procesados, como embutidos, snacks y sopas instantáneas.


Sedentarismo y Obesidad

El estilo de vida moderno, caracterizado por largas horas frente a pantallas y la falta de actividad física regular, ha contribuido al aumento del Sobrepeso y la Obesidad. Estos factores están directamente relacionados con la Hipertensión, ya que el exceso de grasa corporal genera una mayor demanda de oxígeno, obligando al corazón a trabajar más y elevando la presión arterial.


Estrés crónico

El Estrés continuo, agravado por las exigencias laborales y la incertidumbre económica, es otro factor significativo. El Estrés no solo contribuye al aumento de la presión arterial, sino que también promueve comportamientos poco saludables, como el consumo de alcohol, tabaco y comida poco nutritiva.


Consumo de tabaco y alcohol

El Tabaquismo y el alcoholismo están estrechamente vinculados con la Hipertensión y otras Enfermedades Cardiovasculares. Las toxinas presentes en el tabaco dañan las paredes arteriales, facilitando la acumulación de placas de colesterol, mientras que el alcohol en exceso puede elevar la presión arterial y dañar órganos vitales como el hígado y el corazón.


Avances recientes en la investigación y tratamiento de la Hipertensión

En los últimos años, la investigación médica ha permitido avances significativos en el tratamiento de la Hipertensión. Algunos de los desarrollos más relevantes incluyen:

 

Medicamentos de última generación

Nuevos antihipertensivos, como los inhibidores del receptor de angiotensina-neprilisina (ARNI), han demostrado eficacia en el control de la presión arterial y en la reducción del riesgo cardiovascular. Además, las combinaciones a dosis fijas de varios fármacos facilitan el cumplimiento terapéutico al reducir la cantidad de píldoras diarias.


El desarrollo de la píldora GMRx2, una combinación de tres fármacos antihipertensivos (telmisartán, amlodipino e indapamida) en dosis bajas, también representa un avance prometedor.


Los ensayos clínicos han demostrado que esta píldora no solo reduce la presión arterial de manera efectiva, sino que también mejora la adherencia al tratamiento debido a su simplicidad.


Tecnología de monitoreo remoto

El monitoreo de la presión arterial mediante dispositivos digitales conectados a aplicaciones móviles permite a los pacientes y médicos llevar un control más preciso y constante. Estas herramientas también fomentan el autocuidado al proporcionar recordatorios y recomendaciones personalizadas.


Terapias basadas en inteligencia artificial (IA)

La IA está revolucionando la medicina al permitir un análisis más detallado de los datos del paciente. Algoritmos avanzados pueden predecir complicaciones y recomendar ajustes terapéuticos, mejorando la toma de decisiones clínicas.


Abordajes no farmacológicos innovadores

Además de los medicamentos, las terapias basadas en cambios de estilo de vida, como programas de ejercicio supervisado y planes de alimentación personalizados, han demostrado ser altamente efectivas para reducir la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular en general.


Procedimientos como la denervación renal, una técnica mínimamente invasiva, han mostrado resultados prometedores en casos de hipertensión resistente a medicamentos.


Desafíos en el diagnóstico y control de la Hipertensión

A pesar de los avances, persisten numerosos desafíos en la lucha contra la Hipertensión, como:


Baja concienciación y diagnóstico tardío

Muchas personas desconocen que padecen Hipertensión debido a la falta de síntomas evidentes. Muchas personas no conocen los riesgos asociados a la enfermedad o no están conscientes de la importancia de realizar controles regulares.


La educación comunitaria y los programas de detección precoz son fundamentales para abordar este problema.


Adherencia terapéutica insuficiente

El incumplimiento del tratamiento es un problema común. Las razones incluyen efectos secundarios de los medicamentos, desconocimiento de la importancia del tratamiento, barreras económicas, o la percepción errónea de que, al no tener síntomas, no necesitan medicación.

 

Desigualdades en el acceso a la atención

En regiones rurales y zonas de menores ingresos, el acceso a servicios de salud y tratamientos modernos sigue siendo limitado, lo que contribuye a disparidades en los resultados de salud.


Además, la alta demanda en los sistemas públicos de salud puede retrasar la atención de los pacientes hipertensos.

 

Cambio en los estilos de vida

Los hábitos poco saludables, como el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados y la falta de actividad física, continúan siendo factores determinantes en la incidencia de Hipertensión.


Recomendaciones para prevenir y manejar la Hipertensión

Controlar la Hipertensión requiere un enfoque integral que combine cambios en el estilo de vida y, cuando sea necesario, tratamiento farmacológico. Algunas recomendaciones clave incluyen:

 

Adoptar una alimentación saludable

La clave para prevenir la hipertensión es adoptar hábitos saludables. Esto incluye:

  • Dieta equilibrada: incrementar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y reducir el consumo de sal, azúcares y grasas saturadas
  • Ejercicio regular: realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada, como caminar o nadar, cinco días a la semana
  • Control del peso: mantener un peso corporal saludable para reducir la carga sobre el sistema cardiovascular


La dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) también ha demostrado ser efectiva en la reducción de la presión arterial. Esta dieta se basa en:

  • Incrementar el consumo de frutas, verduras, granos integrales y lácteos bajos en grasa
  • Reducir la ingesta de sodio, carnes rojas y alimentos procesados
  • Preferir fuentes de proteínas magras, como pescado, pollo y legumbres


Fomentar la actividad física regular

Se recomienda realizar al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada, como caminar, nadar o andar en bicicleta. El ejercicio ayuda a reducir la presión arterial y mejora la salud cardiovascular en general.


Evitar el consumo de tabaco y alcohol

El tabaco daña las arterias y aumenta el riesgo de Hipertensión y Enfermedades Cardiovasculares. Asimismo, el consumo excesivo de alcohol puede elevar la presión arterial y contrarrestar los efectos de los medicamentos.

 

Controlar el estrés

El Estrés crónico puede contribuir a la hipertensión. Prácticas como la meditación, el yoga y las técnicas de respiración profunda son útiles para manejar el estrés y mejorar la salud mental.


Realizar controles regulares

Medir la presión arterial con frecuencia es esencial para detectar cualquier anomalía de manera oportuna. Los chequeos periódicos son especialmente importantes para personas con antecedentes familiares de hipertensión o factores de riesgo.


Cumplir con el tratamiento médico

Si se prescribe tratamiento farmacológico, es fundamental seguir las indicaciones del médico y no interrumpir el tratamiento sin consultar a un profesional.


Uso de tecnología para la salud

Fomentar el uso de aplicaciones móviles y dispositivos portátiles para el monitoreo continuo puede empoderar a los pacientes y mejorar la adherencia al tratamiento.


La Hipertensión es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en Chile y en todo el mundo. A pesar de ser una "epidemia silenciosa", sus impactos en la salud pública son inmensos. Abordar este problema requiere un enfoque integral que combine educación, prevención, diagnóstico temprano y tratamiento eficaz.


Esta es una enfermedad prevenible y manejable, pero su impacto sigue siendo alarmante debido a la falta de conciencia y el control insuficiente. Los avances recientes ofrecen nuevas esperanzas para un mejor manejo de esta condición, pero es fundamental abordar los desafíos pendientes mediante esfuerzos combinados de individuos, profesionales de la salud y gobiernos.


Adoptar un estilo de vida saludable, realizar chequeos regulares con un Cardiólogo y seguir las recomendaciones médicas son pasos esenciales para combatir esta epidemia silenciosa y mejorar la calidad de vida de millones de personas.

Medicina Interna en Santiago