
Parkinson Infantil: Una enfermedad neurológica poco conocida, pero real
Cuando pensamos en la Enfermedad de Parkinson, generalmente la asociamos con personas mayores. Sin embargo, aunque poco frecuente, esta condición neurológica también puede presentarse en niños, adolescentes y adultos jóvenes.
El Parkinson juvenil e infantil es una realidad poco conocida, pero que merece atención médica especializada y un diagnóstico oportuno.
¿Qué es el Parkinson y cómo se manifiesta en niños?
La Enfermedad de Parkinson es un Trastorno Neurodegenerativo que afecta principalmente el movimiento. Se debe a la disminución de dopamina en el cerebro, un neurotransmisor esencial para la coordinación motora. En niños, cuando esta enfermedad aparece antes de los 21 años, se denomina Parkinson de inicio juvenil o infantil.
Aunque su progresión es similar a la del Parkinson en adultos, los síntomas en los más jóvenes pueden variar y no siempre son fáciles de identificar en fases tempranas.
Los principales síntomas en edad pediátrica incluyen:
- Temblor en reposo (más común en extremidades superiores)
- Rigidez muscular
- Bradicinesia (lentitud de movimientos)
- Problemas de equilibrio y coordinación
- Dificultad para caminar
- Cambios en la expresión facial (rostro inexpresivo)
- Trastornos del Sueño
- Cambios en el estado de ánimo (ansiedad, depresión)
En algunos casos, los síntomas motores se acompañan de manifestaciones cognitivas y del comportamiento, lo cual puede confundirse con otros Trastornos Neurológicos o Psiquiátricos Infantiles.
¿Qué causa el Parkinson en niños?
El Parkinson infantil y juvenil puede tener un fuerte componente genético. A diferencia del Parkinson en adultos mayores, donde la causa suele ser idiopática (desconocida), en niños es más frecuente que esté asociado a mutaciones genéticas específicas.
Algunas de las mutaciones más comúnmente relacionadas con el Parkinson juvenil incluyen:
- PARK2 (Parkina): responsable de la mayoría de los casos de Parkinson de inicio temprano
- PINK1 y DJ-1: genes implicados en la protección neuronal
- LRRK2 y SNCA: asociados a formas hereditarias más raras
Otros factores posibles son:
- Enfermedades metabólicas o mitocondriales
- Exposición a toxinas o infecciones virales
- Traumatismos craneales severos
Es importante destacar que no todos los casos tienen una causa clara, por lo que es necesario realizar un estudio detallado por parte de un Neurólogo Pediatra.
¿Cómo se diagnostica el Parkinson en niños?
El diagnóstico del Parkinson infantil puede ser un desafío, debido a su baja incidencia y a la similitud de sus síntomas con otros trastornos neurológicos como la Distonía, Parálisis Cerebral o Tics motores.
El primer paso es una evaluación neurológica completa, donde se revisa el historial médico y familiar, los síntomas y la evolución de los mismos. Algunos criterios que se consideran son:
- Inicio de síntomas motores antes de los 21 años
- Respuesta positiva a medicamentos dopaminérgicos
- Exclusión de otras enfermedades neurológicas
En algunos casos, se realizan pruebas complementarias como:
- Resonancia Magnética Cerebral: para descartar lesiones estructurales
- Tomografía por Emisión de Positrones (PET) o SPECT Dopaminérgico: permiten visualizar la actividad dopaminérgica en el cerebro
- Estudios Genéticos: cada vez más utilizados para confirmar la presencia de mutaciones asociadas
El diagnóstico temprano es fundamental para ofrecer un tratamiento adecuado y prevenir complicaciones a largo plazo.
Tratamiento del Parkinson infantil
Aunque no existe una cura definitiva para el Parkinson, sí hay tratamientos que pueden controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del niño.
Tratamiento farmacológico
- Levodopa: principal fármaco para reemplazar la dopamina, con buena respuesta en casos juveniles
- Agonistas dopaminérgicos: como pramipexol o ropinirol, utilizados en etapas iniciales o combinados con levodopa
- Inhibidores de la COMT o MAO-B: ayudan a prolongar el efecto de la levodopa
El tratamiento debe ser cuidadosamente ajustado por un especialista, ya que el uso prolongado de levodopa en pacientes jóvenes puede generar efectos secundarios como discinesias (movimientos involuntarios).
Terapias complementarias
- Fisioterapia Neurológica: para mejorar la movilidad y prevenir rigidez
- Terapia Ocupacional: ayuda a mantener la independencia en actividades cotidianas
- Terapia del Habla y Lenguaje: en casos con dificultades en la comunicación
- Apoyo Psicológico o Psiquiátrico: fundamental para manejar el impacto emocional de la enfermedad
Cirugía (casos seleccionados)
En pacientes que no responden bien a la medicación, puede considerarse la Estimulación Cerebral Profunda (DBS, por sus siglas en inglés). Aunque es más común en adultos, se ha utilizado con éxito en adolescentes bajo criterios muy específicos.
Pronóstico y calidad de vida
El Parkinson Infantil tiende a progresar lentamente, pero puede impactar significativamente el desarrollo físico, emocional y social del niño. Por eso, es vital un enfoque multidisciplinario que incluya:
- Educación personalizada en la escuela
- Apoyo familiar continuo
- Supervisión médica constante
Con un tratamiento adecuado y seguimiento médico, muchos niños y adolescentes con Parkinson pueden llevar una vida activa y participar en sus actividades cotidianas.
Diferencias clave entre el Parkinson infantil y el adulto
Aunque el Parkinson comparte síntomas característicos sin importar la edad, existen diferencias importantes entre la forma en que se manifiesta en niños y adolescentes respecto a los adultos.
Una de las principales diferencias es la edad de inicio. Mientras que en la población adulta la enfermedad suele comenzar después de los 60 años, en los casos juveniles se presenta antes de los 21 años, incluso en la infancia temprana. Esto modifica tanto el enfoque diagnóstico como el pronóstico a largo plazo.
En cuanto a las causas, el Parkinson en adultos es generalmente idiopático, es decir, no tiene una causa conocida. Por el contrario, en niños y jóvenes suele estar relacionado con mutaciones genéticas específicas, como las que afectan los genes PARK2, PINK1 o DJ-1.
La progresión de la enfermedad también difiere. En pacientes jóvenes, suele ser más lenta, lo que permite un mejor control inicial de los síntomas, pero también implica un tratamiento a largo plazo que debe adaptarse al desarrollo del paciente. Sin embargo, esta misma longevidad con la enfermedad puede conllevar un mayor riesgo de complicaciones asociadas a los tratamientos prolongados.
Respecto a los síntomas iniciales, mientras que en adultos predomina el Temblor en Reposo y la Bradicinesia, en los niños y adolescentes es más frecuente observar Distonías (contracciones musculares involuntarias) y rigidez muscular como signos tempranos. Esto puede dificultar el diagnóstico, ya que estos síntomas se pueden confundir con otras condiciones neurológicas pediátricas.
Además, la respuesta al tratamiento también presenta matices. Los pacientes jóvenes suelen responder bien a medicamentos como la levodopa, especialmente en las etapas iniciales. Sin embargo, son más propensos a desarrollar discinesias (movimientos involuntarios) con el uso prolongado de estos fármacos, lo cual representa un reto terapéutico en el manejo crónico de la enfermedad.
Estas diferencias subrayan la necesidad de un abordaje clínico especializado y adaptado a la edad, considerando tanto las características neurológicas como las necesidades del desarrollo físico, emocional y social del niño o adolescente.
¿Qué hacer si sospechas Parkinson en un niño?
Ante la presencia de síntomas como temblores, rigidez o alteraciones en el movimiento en un niño o adolescente, es fundamental acudir a un Neurólogo Pediatra. El diagnóstico temprano no solo mejora el pronóstico, sino que evita confusiones con otros trastornos neurológicos.
El médico podrá solicitar estudios de imagen, pruebas genéticas y ofrecer un plan de tratamiento individualizado.
El Parkinson no es exclusivo de los adultos mayores. Aunque raro, puede afectar a niños y adolescentes, impactando su desarrollo y calidad de vida. Reconocer los signos tempranos y acudir a un especialista en Neurología Pediátrica es esencial para brindarles el apoyo médico, emocional y terapéutico que necesitan.