Patología de Amígdalas y Adenoides en Niños

Patología de Amígdalas y Adenoides en Niños

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 11/11/2019

Las amígdalas y adenoides son órganos compuestos por tejido linfático (productor de glóbulos blancos y anticuerpos), es decir, son estructuras inmunológicas, que forman parte de una red defensiva ubicada en la vía aérea superior, conocida como el Anillo de Waldeyer.



Las amígdalas y adenoides tienen como función atrapar gérmenes, reconocerlos y producir anticuerpos que nos permitan defendernos contra ellos.


A pesar de ser órganos defensivos, en ocasiones estas estructuras pueden infectarse, dando lugar a las adenoiditis y amigdalitis. Estos cuadros se presentan con: dolor de garganta, dificultad para tragar, fiebre y presencia de ganglios inflamados en el cuello. 


En algunos casos, cuando los gérmenes son especialmente patógenos (agresivos), la infección puede pasar más allá de estas estructuras de barrera, infectando espacios profundos del cuello y dando origen a los flegmones y abscesos retrofaríngeos, periamigdalinos y parafaríngeos. Por otro lado, la colonización bacteriana e infección crónica de los adenoides puede provocar la inflamación de estructuras vecinas (nariz, oído medio), dando lugar a sinusitis y otitis media recurrentes.


En algunos niños, las amígdalas y adenoides pueden crecer en forma excesiva, en general entre los 2 y 5 años de vida. En este caso, el tejido linfoide empieza a obstruir la vía respiratoria alta, provocando:


-     Congestión nasal


-     Respiración bucal


-     Ronquidos: En casos avanzados el ronquido es intenso y puede acompañarse de pausas respiratorias y mal dormir


-     Apnea del sueño: Ocurre cuando hay una obstrucción severa de la vía aérea con una muy mala calidad de sueño, lo que en niños se asocia a enuresis, hiperactividad, irritabilidad, mal rendimiento escolar e incluso puede afectar su crecimiento.



¿Por qué son provocadas estas enfermedades?

En su mayoría, las infecciones son causadas por el estreptococo betahemolítico, también conocido como estreptococo pyogenes, una bacteria que suele colonizar el tracto digestivo del ser humano en forma asintomática. En el caso de infecciones más graves, como flegmones y abscesos de cuello, es frecuente aislar múltiples bacterias, entre ellas algunas anaerobias (que se desarrollan en ausencia de oxígeno).


El crecimiento excesivo de adenoides y amígdalas puede darse en respuesta a múltiples infecciones que aumentan la actividad de estos órganos. También se ha visto una importante asociación familiar, de base genética: es frecuente encontrar familias en que varios miembros hayan sido tratados por amígdalas y adenoides hipertróficos.



Tratamiento adecuado

Las infecciones de amígdalas y adenoides deben tratarse con los antibióticos adecuados; la penicilina benzatina aún es un tratamiento eficaz, pero puede lograrse una mejor erradicación del estreptococo con algunos antibióticos orales. Las infecciones profundas de cuello, como los flegmones periamigdalinos, requieren de hospitalización y tratamiento antibiótico endovenoso. Los abscesos faríngeos en general deben ser drenados en pabellón. 


Cuando el crecimiento de amígdalas y adenoides produce síntomas obstructivos en los niños, afectando su respiración y capacidad de descanso en las noches, debe considerarse el tratamiento quirúrgico. 


La extirpación de adenoides y amígdalas es una cirugía de bajo riesgo, con rápida recuperación, que mejora en forma muy significativa la calidad de vida de estos niños, al despejar su vía aérea superior y restablecer un sueño profundo y reparador. 



En las infecciones recurrentes de amígdalas y adenoides, la cirugía también es una buena alternativa de tratamiento, en especial si estas infecciones son frecuentes y/o con complicaciones (flegmones, abscesos), y la cual es realizada por un Otorrinolaringólogo

Otorrinolaringología