Corazón sano, vida plena: claves para prevenir Enfermedades Cardiovasculares

Las Enfermedades Cardiovasculares representan una de las principales causas de muerte en Chile, al igual que en muchas partes del mundo.

Según datos del Ministerio de Salud (MINSAL), las Enfermedades Cardiovasculares son responsables de aproximadamente un 28% de los fallecimientos anuales en el país, superando incluso al cáncer y a los accidentes de tránsito. Por esta razón, la prevención, detección temprana y tratamiento oportuno son fundamentales para reducir su impacto en la población chilena.

¿Qué son las Enfermedades Cardiovasculares?

Las Enfermedades Cardiovasculares comprenden un grupo de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos. Las más comunes incluyen:

• Enfermedad Coronaria: afecta a las arterias que irrigan el corazón
• Infarto Agudo al Miocardio (IAM) o ataque al corazón
• Accidente Cerebrovascular (ACV): ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo hacia el cerebro
• Insuficiencia Cardíaca: el corazón no puede bombear sangre de forma eficaz
• Arritmias Cardíacas: trastornos en el ritmo cardíaco
• Cardiopatías Congénitas: anomalías del corazón presentes desde el nacimiento

Estas condiciones pueden desarrollarse de manera silenciosa durante años antes de manifestar síntomas graves, lo que hace aún más importante la educación, chequeos médicos regulares y un estilo de vida saludable.

Factores de riesgo de las Enfermedades Cardiovasculares

En Chile, diversos factores contribuyen al aumento del riesgo de padecer Enfermedades del Corazón. Entre los principales se encuentran:

• Hipertensión Arterial: afecta a más del 25% de la población adulta
• Colesterol elevado: asociado al consumo excesivo de grasas saturadas y trans
• Tabaquismo: un hábito aún frecuente, especialmente en adultos jóvenes
• Diabetes Mellitus Tipo 2: con alta prevalencia en el país, afecta directamente la salud cardiovascular
• Obesidad y Sobrepeso: más del 70% de los adultos chilenos presentan exceso de peso, según la Encuesta Nacional de Salud
• Sedentarismo: el estilo de vida moderno y la falta de ejercicio físico son factores comunes
• Estrés Crónico: puede desencadenar alteraciones en la presión arterial y en el ritmo cardíaco

Síntomas más comunes

Si bien los síntomas pueden variar según el tipo de Enfermedad Cardiovascular, algunos signos de alarma frecuentes son:

• Dolor o molestia en el pecho (angina)
• Falta de aire, especialmente al hacer esfuerzos leves
• Palpitaciones o latidos irregulares
• Fatiga Crónica sin causa aparente
• Mareos o desmayos
• Hinchazón en piernas, tobillos o pies

En el caso del Infarto Agudo al Miocardio, el dolor torácico puede irradiarse al brazo izquierdo, cuello o mandíbula, y puede acompañarse de sudoración, Náuseas y sensación de muerte inminente. En las mujeres, los síntomas pueden ser atípicos, como Dolor Abdominal o Fatiga Extrema.

Diagnóstico y exámenes recomendados

El diagnóstico oportuno de las enfermedades cardiovasculares mejora significativamente el pronóstico. Algunos de los exámenes más utilizados en la práctica médica son:

• Electrocardiograma (ECG)
• Ecocardiograma: permite visualizar el corazón en movimiento
• Prueba de Esfuerzo o Ergometría
• Holter de Ritmo: registra la actividad eléctrica del corazón durante 24 horas
• Angiografía Coronaria: evalúa el estado de las arterias coronarias

Tratamiento de las Enfermedades Cardiovasculares

El tratamiento varía dependiendo del diagnóstico específico, pero generalmente incluye:

• Medicamentos: como antihipertensivos, anticoagulantes, antiagregantes plaquetarios o estatinas
• Cambios en el estilo de vida: mejorar la dieta, aumentar la actividad física, dejar de fumar
• Procedimientos médicos: como la Angioplastía coronaria o la Implantación de Marcapasos
• Cirugía cardiovascular: en casos avanzados, como la cirugía de Bypass Coronario

El seguimiento médico constante y la adherencia al tratamiento son esenciales para evitar complicaciones graves como un nuevo infarto o un ACV.

Prevención cardiovascular: la mejor medicina

La prevención es clave para reducir la incidencia de Enfermedades Cardiovasculares. A continuación, algunas recomendaciones especialmente relevantes para la población chilena:

Adoptar una alimentación saludable

• Preferir frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y pescados
• Reducir el consumo de sal, grasas saturadas, azúcares y alimentos ultraprocesados
• Optar por el uso de aceites vegetales como el de oliva o canola

Mantener un peso corporal adecuado

• Evitar el sobrepeso y la obesidad mediante el control calórico
• Realizar actividad física al menos 150 minutos por semana

Controlar los factores de riesgo

• Chequear la presión arterial, glucosa y colesterol regularmente
• Seguir el tratamiento médico si ya existen condiciones como Diabetes o Hipertensión

Abandonar el Tabaquismo

• El dejar de fumar reduce el riesgo cardiovascular desde el primer año de abstinencia

Controlar el Estrés

• Incorporar técnicas de relajación, meditación o terapia psicológica si es necesario

Enfermedades Cardiovasculares en Chile: una mirada al futuro

En los últimos años, Chile ha implementado diversas políticas públicas para enfrentar las Enfermedades Cardiovasculares, incluyendo campañas de prevención, promoción de hábitos saludables y mejoras en la atención primaria. Sin embargo, el desafío continúa, especialmente frente al envejecimiento poblacional y los cambios en el estilo de vida.

Es crucial que la población chilena tome conciencia de la importancia de cuidar su salud cardiovascular desde etapas tempranas. Visitar al médico, realizarse chequeos regulares y educarse sobre los riesgos puede marcar una gran diferencia.

¿A qué especialista acudir?

Las Enfermedades Cardiovasculares son altamente prevalentes en Chile, pero gran parte de los casos pueden prevenirse con medidas sencillas y eficaces. Llevar una vida activa, comer saludablemente y acudir regularmente al médico son acciones que salvan vidas. La detección temprana y el tratamiento adecuado por parte de un Cardiólogo también permiten a muchas personas vivir con una buena calidad de vida, incluso con un diagnóstico cardiovascular.