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Dolor Crónico: pronóstico y atención

Dolor Crónico: pronóstico y atención

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La redacción de Top Doctors
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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 12/01/2022

Artículo escrito por Fisiatra Delia Ruiz Rodríguez


Sabemos que tener Dolor Crónico limita bastante la vida y puede repercutir en las actividades más cotidianas y simples, como hacer la cama o dar un paseo por el parque. Sin embargo, la inquietud que surge habitualmente en relación al Dolor Crónico es: “¿este Dolor se pasará alguna vez o lo tendré para toda la vida?”.


A diferencia del Dolor Agudo, el Dolor Crónico se mantiene en el tiempo, lo que indica que forma parte de su vida.


Son innumerables los desafíos de luchar por ser el paciente “ideal” con Dolor Crónico durante una epidemia de medicamentos. Es decir, el tipo de paciente cuyas opciones de manejo y tratamiento para el Dolor se consideran aceptables para usted mismo, apoyado por clínicos y por sus familiares, amigos y colegas. Son muchos los que describen que vivir con Dolor Crónico limita la capacidad de una persona para participar en la sociedad, especialmente en ausencia de un manejo médico y un ambiente adecuado.


Aunque no existe una fórmula mágica para vivir bien (o incluso adecuadamente) con Dolor Crónico, la mayoría de las personas que han logrado ser el paciente “ideal” coinciden en diversas técnicas médicas y de autocuidado, las cuales van desde procedimientos y medicamentos hasta el ejercicio y la higiene del sueño. No obstante, las mejores prácticas actuales para el manejo del Dolor se centran en mejorar la función y calidad de vida, y reducir el Dolor cuando no puede ser eliminado completamente.


¿Se puede vivir una vida normal con Dolor Crónico?

Muchas personas con Dolor Crónico logran una buena calidad de vida, pudiendo realizar sus actividades del día a día y logrando convivir de la mejor forma con su Dolor. Esto se debe a que su Dolor está controlado, y cuando se habla de control de este, no sólo se hace referencia a tener una intensidad baja, sino también de aprender a conocer los múltiples factores involucrados en la forma de cómo lo experimentan, la importancia de un adecuado bienestar emocional, la reducción de los estados de Estrés y el mantenimiento de una vida activa con una buena adherencia a terapias farmacológicas y no farmacológicas.


¿Dónde acudir para la atención del Dolor Crónico?

Ante la detección de un Dolor que dura más allá de tres meses (Dolor Crónico), el primer paso es recurrir con el médico tratante habitual (médico de cabecera, médico de consultorio, etc.). Si no se cuenta con uno, se recomienda acercarse a un Centro de Salud Familiar (CESFAM) de Atención Primaria. Si se atiende en el sistema privado de salud, puede ir a un Médico General en algún centro médico o clínica. En algunos casos el Médico de Atención Primaria puede considerar necesaria la derivación a un médico especialista como Traumatólogo, Fisiatra, Reumatólogo y Neurólogo, entre otros.


Sin embargo, en ocasiones el Dolor puede resultar muy complejo y requerir de la participación de un equipo multidisciplinario – compuesto por diferentes profesionales de la salud como Médicos, Enfermeras, Psicólogos – para su óptimo manejo, en estos casos deberá considerar la atención en una Unidad de Dolor.


Una Unidad de Dolor se especializa en el manejo y tratamiento de cuadros dolorosos complejos. Especialmente, los pacientes que no responden a tratamientos convencionales y necesitan fármacos o técnicas especiales para el alivio del Dolor son referidos a estos centros. En una Unidad de Dolor se puede encontrar a un equipo compuesto por especialistas (Anestesiólogos, ­Fisiatras, etc.), Rehabilitadores (Kinesiólogos, Terapeutas Ocupacionales), Psicólogos, Enfermeros y Químicos Farmacéuticos, entre otros. Las Unidades de Dolor utilizan todos los medios a su alcance para ayudarlo en su lucha contra el Dolor, tanto tratamientos farmacológicos como no farmacológicos.


En Chile aún son pocos los centros asistenciales que cuentan con este tipo de unidades especializadas, pero cada día se crean más.


Terapias complementarias para el manejo del Dolor

Las terapias complementarias pueden contribuir a un mejor manejo de su Dolor, sin embargo, siempre deberán ser utilizadas como complemento al tratamiento indicado por los profesionales de la salud. Las terapias complementarias trabajan directamente con las emociones que pueden estar participando en la generación de la enfermedad que provoca el Dolor y la relación con el mismo.


Las prácticas complementarias pueden contribuir al manejo del Dolor a través de técnicas de autocuidado que ayudan a disminuir la sensación de Dolor al generar un estado de mayor relajación, ejercicios de respiración, sueño más reparador, alimentación más saludable, aceptación de la condición de salud y enfrentamiento de los miedos, entre otras. La Organización Mundial de la Salud (OMS) fomenta la incorporación de las medicinas tradicionales y complementarias a los servicios de salud, reconociendo que promueven la salud y calidad de vida de las personas.


Existen terapias complementarias que provocan liberación de neurotransmisores que pueden disminuir la percepción de su Dolor, entre ellas se encuentran la Acupuntura, la meditación, el reiki, la terapia ­oral, sonoterapia, el toque terapéutico y la musicoterapia. Algunas terapias pueden contribuir a una mejor aceptación de la condición de su salud y Autoestima, como puede ser la arteterapia, la danzaterapia, el dramaterapia y los círculos de escucha.


Entre las prácticas que pueden contribuir a mejorar su movimiento a través de ejercicios meditativos están: tai chi, yoga, chi kung. Otras terapias se dirigen al origen emocional que pudo haber participado en la generación y percepción de su Dolor, como son la Medicina Sintergética y la auto observación neutro consciente.


En Chile existen tres terapias reguladas: Acupuntura, Homeopatía y Naturopatía, las cuales pueden ofrecerse en los establecimientos de salud. }


El Ministerio de Salud (MINSAL) apoya el uso de estas prácticas dado el aporte en contribuir a la promoción de un mejor estado de salud y mejor calidad de vida de las personas, sin embargo, se sugiere tener precaución y seguir las siguientes recomendaciones:

-       No use un producto ni práctica complementaria para reemplazar la atención médica convencional, no lo tome como motivo para postergar la consulta al médico

-       Las terapias complementarias no reemplazan la atención médica convencional

-       Los Terapeutas Complementarios no deberían emitir diagnósticos ni opiniones sobre enfermedades o tratamientos de medicina convencional, como tampoco deben interferir con los protocolos y procedimientos médicos

-       Siempre informe al profesional de la salud sobre las prácticas de terapia complementaria que realice, especialmente en caso de presentar una patología que requiera uso de medicamentos

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