Fracturas de Falange y Túnel Carpiano: nuevas formas de tratamiento

Una Fractura de Falanges y Metacarpiano corresponde a la Fractura de los huesos tubulares de la Mano, que corresponden al metacarpiano y a cualquiera de las falanges, estructuras fundamentales para el funcionamiento de los dedos.

Diferencia de Fractura de Falange y Túnel Carpiano

Son elementos, la Fractura de Falange y Metacarpiano son de naturaleza traumática, mientras que la Fractura de Túnel Carpiano es una enfermedad crónica, al menos que se asocie con una Fractura de Muñeca. Esta última constituye una afección crónica que progresa lentamente. Por lo tanto, estos dos tipos de Fractura tienen diferentes orígenes.

En el caso de las Fracturas de Metacarpiano, suelen ser traumáticas en la mayoría de los casos. Sin embargo, un pequeño porcentaje se debe a una debilidad estructural del hueso, que puede ser derivado de un tumor benigno que crece gradualmente en el interior de las falanges o el metacarpiano. Esto puede llevar a que la Fractura se manifieste sin un evento traumático específico.

Técnicas de tratamiento

Para las fracturas de Falange y Carpiano, históricamente se usaban tornillos y placas, lo que implicaba abordajes quirúrgicos de cierta magnitud. Estos abordajes requerían incisiones que atravesaban los tejidos tendinosos y la piel, lo que conllevaba a procesos de cicatrización y, en algunos casos, a la aparición de fenómenos de rigidez en la Mano. Sin embargo, en tiempos más recientes, se han implementado métodos de tratamiento más avanzados conocidos como Tratamiento Endomedular.

Los Tratamientos Endomedulares consisten en la inserción de un dispositivo metálico en el interior del hueso con una mínima incisión, alejada de la zona de Traumatismo. Esta técnica permite una Rehabilitación más eficiente, con una adecuada una congruencia y mejorando significativamente la funcionalidad a largo plazo de la Mano.

En comparación con los métodos tradicionales que utilizan placas, los Tratamientos Endomedulares presentan ventajas notables. Sin embargo, es importante destacar que no todos los casos los pueden emplear. Algunas fracturas que involucran pérdidas de tejido óseo significativas o el haber sufrido un Traumatismo de gran magnitud hace que sea inevitable recurrir al uso de placas.

En el caso de las Fracturas del Carpo, existen dos enfoques principales de tratamiento:

• Tratamiento Clásico: implica un abordaje directo en la zona palmar. Se visualiza y secciona una estructura llamada retináculo, que tiene un grosor aproximado al mencionado. Esta intervención permite transformar el Túnel Carpiano, pasando de ser cerrado a abierto, lo que alivia la presión en el túnel y mejora la funcionalidad
• Tratamiento Endoscópico: existen técnicas endoscópicas que siguen el mismo principio de tratamiento, pero con una visualización diferente. Se utiliza una cámara de televisión que se introduce bajo la piel para visualizar y tratar la zona afectada

Estos avances en técnicas quirúrgicas han contribuido significativamente a mejorar la calidad de vida de los pacientes con Fracturas en el Carpo, ofreciendo opciones menos invasivas y una recuperación más rápida.

Ventajas de cada tratamiento

Tratamiento con Tornillos no Medulares

-       Los pacientes pueden movilizarse con mayor frecuencia. Esto se debe a que no se realizan abordajes quirúrgicos que afecten los tejidos ya traumatizados

-       Esta técnica permite una recuperación más rápida y una menor molestia en comparación con los procedimientos más invasivos

Tratamiento Endoscópico

-       Evita la molestia que a menudo puede durar de cuatro a doce semanas después de una cirugía tradicional debido a la incisión quirúrgica

-       Sin embargo, es importante tener en cuenta que la endoscopia puede ser más costosa en términos de insumos en comparación con los tratamientos tradicionales

En cuanto a las Fracturas de Falanges, se ha observado un crecimiento significativo en la disponibilidad de implantes diseñados para el tratamiento de estas lesiones. Estos implantes están destinados principalmente a ser utilizados mediante la colocación de dispositivos dentro del hueso, lo que refleja una tendencia hacia tratamientos más especializados y menos invasivos para mejorar la recuperación y la funcionalidad en el área de las falanges. Este avance representa un paso adelante en la atención médica de las fracturas en la mano, brindando a los pacientes opciones más efectivas y menos intrusivas para su tratamiento.

Cuando se enfrenta a una pérdida significativa de tejido óseo o una exposición importante, es posible que se requiera estabilización adicional utilizando segmentos específicos. Esto se debe a que la estabilización de dispositivos dentro del hueso en este tipo de situaciones tiene sus propios desafíos, especialmente en lo que respecta a la estabilidad articular.

La estabilidad articular es fundamental para el proceso de curación de una fractura. Si no se logra una estabilidad suficiente en el sitio de la fractura, existe un alto riesgo de que ocurra un movimiento excesivo, lo que puede comprometer la consolidación adecuada del hueso. Por lo tanto, en casos en los que la estabilidad articular es insuficiente, es altamente probable que se requieran medidas adicionales para garantizar una recuperación exitosa.

Es importante destacar que el desarrollo de estas técnicas y dispositivos es el resultado de la colaboración entre el ámbito clínico y la industria médica. A medida que la tecnología avanza, se introducen diferentes dispositivos que mejoran significativamente los resultados funcionales y la práctica médica en general. Esto se evidencia en ejemplos anteriores, como las placas bloqueadas para las Fracturas de Muñeca, que han transformado la atención médica en los últimos 20 o 25 años.