Patologías ortopédicas en niños ¿Cómo identificarlas?

Patologías ortopédicas en niños ¿Cómo identificarlas?

Es fundamental que los padres y/o abuelos estén relacionados con los problemas en los pies que pueden existir en los pequeños.

 

Principales problemas ortopédicos en los niños

Todos los problemas ortopédicos son tratados por un especialista en ortopedia y traumatología. Las principales “problemáticas” que deben conocer son:

 

1- Pie plano

Hace tiempo se creía que el tener pie plano era un problema que causaría complicaciones en el rendimiento deportivo, en la columna o caderas, sin embargo, esto es considerado en su mayoría, como parte del desarrollo normal de los niños. Las plantillas, zapatos ortopédicos, insertos o ejercicios, no van a alterar la velocidad en la que aparece el arco del pie en un niño con pie plano flexible. Sólo harán que el niño esté incómodo y es un gasto innecesario.

Desde el nacimiento todos los niños tienen pie plano flexible, lo que irá cambiando durante la primera década de la vida, para llegar a formar un arco en ese período en aproximadamente el 90% de ellos. Sólo debemos descartar alguna enfermedad en los que presentan un pie plano rígido o que se asocia a dolor. La causa del aplanamiento del arco tiene que ver con la laxitud o flexibilidad aumentada de las articulaciones en la niñez. Al ponerse en puntas de pie o al tener el pie en el aire el arco de forma de nuevo. La altura del arco, es variable, así como es la estatura de cada uno

 

2- Marcha en rotación interna (pies hacia adentro)

La marcha convergente o en rotación interna es muy común durante la niñez y es motivo frecuente de preocupación de los padres. Durante el crecimiento, la mayoría de los niños van teniendo menos torsión hacia adentro, para llegar a la etapa de la adolescencia a la forma de caminar que tendrán definitivamente. Hay que destacar que ésta, es muy variable. Está estudiado que modificaciones del calzado, plantillas, destorcedores, ejercicios no cambian la torsión de las piernas. Tampoco es necesario preocuparse por que los niños se sientan en W con las piernas hacia atrás. Ellos lo harán como les quede más cómodo, sin forzar ninguna articulación

 

3- Rodillas juntas-arqueadas

La alineación de las extremidades inferiores tiene un curso que va cambiando con el tiempo.

Está descrito desde hace muchos años, como varía la angulación de las extremidades inferiores durante el desarrollo.

Desde el nacimiento hasta el año, las piernas son arqueadas (genu varo), en ese periodo se van enderezando para ser rectas entre el año y el año y medio. Luego de lo cual las rodillas de van juntando, para llegar al máximo de rodillas juntas (genu valgo) a los 4 años.

Desde ese momento hasta los 10 años, el genu valgo va disminuyendo, edad en que se adquiere la forma definitiva de las piernas. Esta es muy variable dependiendo de distintos factores, entre los que destacan los antecedentes familiares y el sobrepeso

 

4- Dolor óseo recurrente benigno

Se les llama así a los dolores de las extremidades inferiores que cumplen con las siguientes características: dolor de ambas extremidades inferiores, intermitentes, que cambian de posición y se presentan generalmente en las tarde y noches, asociado a los días en que hacen más actividad física. Habitualmente afecta a niños sanos, activos, que durante el día juegan, corren y saltan sin problemas, que empiezan a quejarse de dolor en la tarde o noche. En una o ambas extremidades, variando de posición, incluso en ocasiones despiertan en la noche por el dolor.

 

Existen algunas medidas caseras para ayudar a disminuir el dolor, como fricciones de las extremidades con alguna crema y poner calor local con guateros o agua tibia. Si esto no es suficiente usar analgésicos comunes. Aunque no debe abusarse de ellos. Una manera de disminuir la frecuencia e intensidad de estos dolores es “adelantarse”, en caso de mucha actividad física, realizando estiramientos musculares y darle un baño tibio antes de acostarse.

De todas maneras, es importante que un niño que presenta estos dolores consulte al traumatólogo con el fin de descartar patologías específicas.

 

5- Fracturas en niños

Popularmente conocidas como “quebraduras”, las fracturas son lesiones que comprometen la integridad del hueso.  Una fractura puede ocurrir como consecuencia de accidentes domésticos (caídas, accidentes en bicicleta, golpes contra superficies duras, etc.). Pero también se ven en accidentes deportivos, especialmente los deportes de contacto o velocidad. Luego de un traumatismo, se produce dolor, hinchazón, incapacidad para utilizar la extremidad (o caminar, en el caso de las extremidades inferiores) y deformidad.

 

El tratamiento tradicional es la inmovilización con yeso por un período variable, para evitar que se muevan los fragmentos durante el proceso de consolidación. En el caso de los niños, a diferencia de los adultos, los huesos tienen cierta capacidad de remodelar, es decir, recuperar su forma original en el caso que quede cierta angulación a lo largo del tiempo. Esto depende de cual sea la angulación, el hueso comprometido y la edad. Sin embargo, en algunas fracturas, es necesario operar para recuperar la forma original del hueso

 

6- Displasia de cadera

Es la pérdida de contacto normal entre los huesos que conforman la articulación de la cadera. En condiciones normales, la cabeza del fémur (hueso del muslo) está en estrecho contacto con una cavidad en la pelvis llamada cotilo. Si no se atiende puede llevar a cojera desde que el niño comienza a caminar. Luego se agrega dolor y, por lo tanto, dificultad para realizar las actividades normales del niño. En el adulto acelera la aparición de artrosis de cadera, lo que condiciona rigidez, dolor y dificultad para realizar actividad física.

 

Los principales factores de riesgo son: antecedentes familiares de displasia, sexo femenino, embarazo gemelar, oligohidroamnios (poco líquido amniótico durante el embarazo) y posición podálica durante la última etapa del embarazo (posición sentado en el útero).

Para solucionar esto, el método más utilizado en la actualidad son las correas de Pavlik, las que mantendrán las caderas de su niño en la posición adecuada, éstas deben usarse 24 horas al día, sin interrupciones. Sólo podrán ser retiradas para el baño (1 vez por semana).

Es importante mencionar que: las correas se utilizan sobre la ropa interior para proteger la piel, no interfieren con el cambio de pañal, usted puede retirar las correas para bañar a su hijo una vez a la semana, y si estas están sucias, aproveche ese momento para lavarlas, su hijo(a) debe dormir de espalda o sobre su abdomen, no de lado, debe usar ropa amplia sobre las correas de manera que no interfiera con la posición lograda por las correas y puede ser transportado(a) en un porta-bebe

 

7- Escoliosis

La columna sana normalmente posee 2 curvas, que son visibles con el individuo de perfil. En la zona alta de la espalda es posible ver un contorno ligeramente redondeado, lo que es llamado xifosis. A nivel de la zona lumbar, la columna tiende a inclinarse hacia adelante, lo que se conoce como lordosis. Sin embargo, existen casos en que además la columna se curva lateralmente, lo que es conocido como escoliosis. En estos casos, a través de una radiografía, es posible ver la forma de “C” o “S” que puede adoptar la columna. Esta incurvación de la columna, junto a la rotación que sufren las vértebras en la escoliosis, es la causa de la asimetría en el nivel de los hombros y la pelvis. Aproximadamente el 2% de la población sufre de Escoliosis.

 

Existe una predisposición hereditaria a sufrir esta condición. Los familiares de pacientes con escoliosis (hijos) tienen mayor probabilidad de desarrollar esta deformidad (aproximadamente 20%). La escoliosis no es prevenible, sin embargo, un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno durante el crecimiento del niño, evitaran las complicaciones en el futuro. Por lo general, la escoliosis es asintomática durante la infancia, por lo que los padres deben estar atentos a los siguientes signos: hombros a distinto nivel, aparición de una Giba (joroba) en la espalda, cintura desnivelada e inclinación del tronco hacia un lado. Cualquiera de estos signos debería llevarlo a consultar a su ortopedista.

Traumatología y Ortopedia en Lo Barnechea