
Trastorno por Atracón: Más allá del comer emocional, una condición médica real
El comer emocional es un fenómeno común en la vida moderna, donde el Estrés, la Ansiedad o la tristeza pueden llevarnos a buscar consuelo en la comida.
Sin embargo, cuando estos episodios se vuelven frecuentes, incontrolables y generan sufrimiento, podríamos estar frente a una condición clínica seria: el Trastorno por Atracón.
Este trastorno va mucho más allá del “antojo ocasional” o de “comer en exceso”. Se trata de un Trastorno Alimentario diagnosticable, con implicancias físicas y psicológicas profundas que afectan la calidad de vida de quienes lo padecen.
¿Qué es el Trastorno por Atracón?
El Trastorno por Atracón, conocido en inglés como Binge Eating Disorder (BED), es una condición médica reconocida oficialmente en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Se caracteriza por episodios recurrentes de ingesta excesiva de alimentos en un corto periodo, acompañados de una sensación de pérdida de control, malestar y culpa posterior.
Para que un médico pueda diagnosticar el Trastorno por Atracón, deben cumplirse los siguientes criterios:
- Ingesta, en un período determinado (p. ej., en dos horas), de una cantidad de comida claramente mayor a la que la mayoría de las personas consumiría en circunstancias similares.
- Sensación de pérdida de control durante el episodio
- Al menos tres de los siguientes síntomas:
- Comer mucho más rápido de lo normal.
- Comer hasta sentirse incómodamente lleno
- Comer grandes cantidades de comida sin hambre física
- Comer solo por vergüenza
- Sentirse disgustado, deprimido o muy culpable después de comer
- Malestar intenso por los atracones
- Presencia de los episodios al menos una vez por semana durante tres meses
- Ausencia de conductas compensatorias como vómito o ejercicio excesivo (a diferencia de la bulimia nerviosa)
Comer emocional vs. trastorno por atracón, ¿cómo diferenciarlos?
Aunque a simple vista pueden parecer similares, el Comer Emocional y el Trastorno por Atracón tienen diferencias sustanciales que es importante comprender.
El comer emocional es una conducta común en la que una persona recurre a la comida como forma de lidiar con emociones como el Estrés o la Tristeza. Ocurre de forma esporádica, con cierto control sobre lo que se consume. Aunque puede generar culpa, esta suele ser pasajera y no interfiere gravemente en la vida diaria.
La cantidad de comida ingerida en estos episodios puede ser mayor de lo habitual, pero rara vez alcanza niveles clínicamente significativos. En general, este comportamiento no interfiere de manera importante con la vida cotidiana de la persona.
En cambio, el Trastorno por Atracón se caracteriza por episodios recurrentes de ingesta excesiva y rápida de alimentos, acompañados de una sensación de pérdida total de control. Estos episodios generan un profundo malestar emocional, como vergüenza, culpa o Depresión, y afectan seriamente la salud física, psicológica y el funcionamiento social de la persona.
Las cantidades de comida ingeridas suelen ser excesivas, muy por encima de lo que cualquier persona comería en las mismas circunstancias. Además, quienes padecen este trastorno suelen comer muy rápido, incluso sin tener hambre, y frecuentemente lo hacen a solas debido a la vergüenza.
La principal diferencia radica en la frecuencia, intensidad emocional, pérdida de control y consecuencias. Mientras el comer emocional es ocasional, el Trastorno por Atracón es una condición médica que requiere diagnóstico y tratamiento especializado.
Comprender estas diferencias es clave para identificar cuándo una conducta alimentaria ha superado los límites de lo ocasional o emocional y requiere atención médica especializada.
Causas y factores de riesgo
El Trastorno por Atracón es multifactorial. No se origina solo por una mala relación con la comida, sino que combina factores biológicos, psicológicos y sociales.
Factores biológicos
- Desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina y la dopamina
- Historia familiar de trastornos alimentarios o trastornos del estado de ánimo
- Alteraciones hormonales, como Resistencia a la Insulina o Leptina)
Factores psicológicos
- Trastornos del Ánimo, como Depresión o Ansiedad
- Baja Autoestima
- Perfeccionismo o pensamientos dicotómicos (todo o nada)
- Historia de abuso emocional, físico o sexual
Factores sociales y culturales
- Estigmatización del peso
- Dietas restrictivas o cíclicas
- Presión social por cumplir con estándares estéticos
- Entornos familiares disfuncionales
Consecuencias del Trastorno por Atracón
El Trastorno por Atracón tiene un impacto significativo en la salud física, emocional y social.
Consecuencias físicas
Físicamente, el Trastorno por Atracón puede desencadenar en Obesidad o Sobrepeso, aunque no todos los pacientes presentan estas condiciones. Además, existe un mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, como Diabetes tipo 2, Dislipidemias e Hipertensión, Problemas Gastrointestinales Crónicos, y Trastornos del Sueño y Fatiga.
Consecuencias psicológicas
Psicológicamente, los pacientes pueden tener consecuencias como Depresión mayor, Ansiedad generalizada, Aislamiento social, Trastorno de la imagen corporal y un mayor riesgo de Suicidio.
Consecuencias sociales
Los pacientes que sufren este tipo de Trastorno de la Conducta Alimentaria pueden llegar a presentar dificultades en relaciones personales o laborales, así como, baja productividad. Además, tienden a evitar eventos sociales por vergüenza del cuerpo o de comer en público.
Diagnóstico: ¿Cómo se detecta?
El diagnóstico debe ser realizado por un Psiquiatra o un Psicólogo clínico con experiencia en Trastornos Alimentarios. Se basa en entrevistas clínicas, cuestionarios estandarizados y observación del comportamiento alimentario del paciente.
Algunas herramientas diagnósticas incluyen:
- Cuestionario de Trastornos de la Alimentación (EDE-Q)
- Inventario de Conductas Alimentarias (EDI-3)
- Evaluación de comorbilidades psiquiátricas (depresión, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo)
Tratamientos disponibles para el Trastorno por Atracón
El tratamiento del Trastorno por Atracón debe ser multidisciplinario e individualizado, combinando intervenciones psicológicas, médicas y nutricionales. Generalmente incluye:
Psicoterapia
La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es la intervención con más evidencia científica. Ayuda a identificar y cambiar pensamientos disfuncionales, desarrollar estrategias de afrontamiento, y a mejorar la relación con la comida y el cuerpo.
Otros enfoques como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) favorece la conexión con los valores personales, la aceptación del malestar emocional y la acción comprometida. Mientras que, la Terapia Dialéctica Conductual (TDC) también es útil en pacientes con desregulación emocional intensa.
Tratamiento farmacológico
El uso de medicamentos debe ser evaluado por un psiquiatra. Algunos fármacos aprobados o utilizados son Lisdexanfetamina, ISRS (inhibidores selectivos de recaptación de serotonina) y Topiramato (antiepiléptico con efectos sobre el apetito).
Asesoría nutricional
Un/a Nutricionista con experiencia en salud mental es clave para una reeducación alimentaria no restrictiva. Asimismo, colabora en el trabajo sobre señales de hambre y saciedad, y en el abordaje del miedo a ciertos alimentos.
Recuperación y pronóstico
La recuperación del Trastorno por Atracón es posible, aunque puede ser un proceso prolongado. No se trata solo de “comer bien”, sino de reconstruir una relación saludable con la comida, las emociones y el cuerpo.
Algunos factores que favorecen la recuperación son:
- Detección precoz
- Acceso a un equipo multidisciplinario
- Apoyo social y familiar
- Adherencia al tratamiento psicológico
- Motivación intrínseca del paciente
El Trastorno por Atracón es una condición médica seria y tratable. No es simplemente un “falta de voluntad” o “debilidad emocional”. Su impacto en la vida de quienes lo padecen es profundo, pero con el abordaje terapéutico adecuado y el acompañamiento profesional correcto, es posible avanzar hacia una vida con mayor bienestar físico y emocional.
Es fundamental visibilizar esta realidad, eliminar el estigma en torno a los Trastornos Alimentarios y promover el acceso a atención oportuna. Si tú o alguien cercano presenta señales de atracones recurrentes, buscar ayuda especializada es el primer paso hacia la recuperación.