Opción de tratamiento para Patologías Lumbares
Esta técnica mínimamente invasiva ofrece múltiples ventajas para los pacientes como una recuperación más rápida.
La Discopatía Lumbar: desgaste del disco intervertebral
Este desgaste generalmente provoca dolor en la zona lumbar (parte baja de la espalda).
5 motivos por los que duele la espalda
Hacer actividad física, mantener una buena postura y un peso adecuado, ayudan a evitar estas molestias.
Cirugía Mínimamente Invasiva: ¿en qué consiste esta técnica?
Las ventajas son menor daño de tejidos, recuperación más rápida, menor dolor posoperatorio, menor tasa de sangrado y menor porcentaje de infecciones.
La cirugía ideal para las fracturas vertebrales
Las fracturas se presentan con mayor índice en aquellos que utilizan tratamiento crónico con esteroides y aquellos con enfermedad tumoral primaria o secundaria de la vértebra.
Tratamiento ideal para una hernia discal lumbar
La mayoría de los pacientes (80-90%) con un disco lumbar herniado mejoran sin cirugía. Es decir, el especialista en Traumatología y Ortopedia iniciará el tratamiento con métodos no quirúrgicos. Si al concluir éste todavía hay persistencia del dolor que lo limite en su vida diaria, se recomienda cirugía.
Cirugía mínimamente invasiva en Ortopedia y Traumatología
Unos de los principales beneficios de la cirugía mínimamente invasiva es que existen mejores resultados funcionales y una recuperación precoz, lo que hace que el paciente no permanezca tanto tiempo en el hospital y regrese a sus actividades diarias en poco tiempo.
Endoscopia Lumbar: Ventajas y desventajas de esta técnica
Las principales ventajas de la endoscopia lumbar es que la recuperación es precoz, existe mínimo dolor post operatorio, menor daño de tejidos, hay una disminución del riesgo neurológico y menor tasa de infección.
¿Cómo recuperarse de una hernia discal cervical?
El disco herniado puede producir dolor cervical o comprimir las raíces nerviosas produciendo dolor, adormecimiento, cosquilleo, o debilidad en los hombros o en los brazos. El traumatólogo debe buscar alteraciones en los reflejos osteotendinosos, en la sensibilidad y en la fuerza muscular de los brazos. En algunas ocasiones causa compresión a la médula espinal, dando síntomas también en las extremidades inferiores pudiendo afectar la marcha, o inclusive las funciones de orinar o defecar con normalidad.